R3 El doble del juego

de Cristiano Gabrielli

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Hay momentos cuando la puerta está bien cerrada, otros en las que está abierta.
Y también hay momentos cuando todas las puertas están abiertas.”

Claudia Bellocchi

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La necesidad de volver a los temas, la necesidad de contar, de exorcizar, la capacidad de crear esa ola de flujo, plena y poderosa que transforma el discurso sobre las cosas en un discurso de las cosas.

Las situaciones que Claudia Bellocchi presenta, en esta galería nocturna del ser, y en este caso del ser violado, hablan, se hacen leer, con esa cualidad de autenticidad y brutalidad que solo el dibujo sabe dar.

Pero el coro es absolutamente polifónico, no sólo de la declinación de los medios: es un diálogo con más voces.

En su capacidad de abrirse para dejar el embalsamamiento en el canon, para poder arriesgarse a ser exactamente como la vida: una corriente que puede decidir dónde ir y en qué punto concentrar su acción, qué nuevos cuerpos visitar y contra qué manifestaciones y sus parafernalias luchas.

Se busca y encuentra una liberación infantil, precisamente donde esa posibilidad fue negada a su tiempo, retornando a los lugares de los delitos imperfectos y graves.

Rojo y negro sobre ese blanco que se vuelve pantalla para la memoria, para sobrevivir y huir del engaño de las resoluciones falsas y de los recuerdos que se portan en poses o prosa.

Es también y precisamente en la homologación última de la violencia que el lenguaje de la expresión se encuentra siempre, como una aliada y una guía, la autenticidad, la persona detrás de la estilización de la personalidad.

Una madeja y un tejido acompañan el juego del doble y revelan el otro tejido que es el laberinto de la vida lejos de los lienzos.

Claudia nos sugiere y nos arrastra por el camino, vistiendo y luego destruyendo las grotescas casas de muñecas y las casas de mazapán en las que la propia distorsión, compresión y sobre todo la mistificación de los demás puede transformar lo vivido y su representación.

La transforma en migajas diseminadas en el camino de un regreso, siempre posible, en la dirección ya recorrida, pero que en adelante lleva hacia un lugar y una vivencia necesariamente resuelta, necesariamente otra, diferente en su ser para siempre, inevitablemente sucedida.

De Noche no es un comentario, así como todas las noches que se atraviesan en el viaje dentro de uno mismo no son solo metáforas óptimas, escenarios evocadores y sugestivos.

Así entonces, en momentos diferentes; el acto performativo y la escena que queda como instalación, el material fijado en secuencia de imágenes y sonidos en medios diferentes, la ausencia de actores, “de agentes en ausencia o en sustitución de…”, el teatro de objetos documentales y áquel desestructurado, que invita no tanto a recitar, sino a escuchar cómo el eco de la narración resuena aún en la mente, vivirlo de nuevo en el cuerpo, en el movimiento de quien interpreta.

Aquí están la escoria y el diamante, la historia cercana y descriptiva, los ecos y las pausas, hechos densos de lo que permanecerá en ausencia de otras descripciones, sin necesidad de otras acciones.

Es significado.

En la declinación del trabajo, fascina la capacidad de no representar el número a través de un número, un estereotipo multiplicado o condensado en fetiche, de no consentir ni apoyar una masificación y comprensión dentro de una partitura, lo cual sería un sórdido abuso adicional.  

La víctima es única y sola, precisamente porque es exactamente como todas las demás.

Incomprensible y por lo tanto incomprendida, pero absolutamente dispuesta a comprenderse.

El dolor familiar fractura el flujo del lenguaje en una unidad falsa del yo y lo vuelven al mismo tiempo más afilado e impreciso.

El desdoblamiento de la espera, continua, de una solución que a los otros que somos puede parecer incongruente o temporal respecto a la evolución continua.

Se hace densa y puntual en la descompresión y compresión del yo declamante, del otro y de los muchos otros posibles representantes a través del dibujo o recitación, suplantación o ejecución.

Parece cristalizarse en la visión más resuelta e icónica del pasado ya representado, presentado y expuesto, en un video memoria personal pero personificada, entonces re-presentada aquí y ahora.

La realidad del pensamiento y del descubrimiento, la realidad recorrida en el dibujo como en la narración logra hacerse más verdadera y más cruda, el recorrido trazado es ahora más preciso y por lo tanto aún diferente, aún en mutación.

La muestra explica e ilustra pero no es amplificación, es sonido.

Como en las mesas de un canta historias ambulante o de un ex voto, el hecho es narrado y expuesto, pero se entrega al público y a la irrepetibilidad y enormidad del acto, precisamente mientras es transformado en acto ya representado.

Vida vivida, en continua formación.

Éste es el viaje en uno mismo y su peculiaridad: el viaje al descubrimiento de todas las otras y los otros que somos y que podemos representar y al mismo tiempo de la unicidad irrepetible que podemos ser.

Por esta razón, se mueve en equilibrio entre el dibujo y el teatro, entre la danza y la simple presencia de un ser humano como herramienta escénica: empático y sensible.

Entre la acción y la palabra, entre el verbo y el ruido, entre el signo y la representación, está siempre el ser humano.

La vida que quiere hacerse experiencia en las manifestaciones de arte, tiene necesidad de experimentar para acoger esta íntima contradicción.

Así este tratado sobre algunas notas del alma, que está escrito en búsqueda de un alma pacificada propia, es un movimiento hacia adelante respecto a la representación.

Así se acumulan las hojas, los apuntes, los frames, las máscaras en carne y las carnes violadas, los espíritus evocados y los representados, las Julietas fellinianas soñadas, curiosas, niñas e irónicas, las Fridas dolientes, las Medeas estridentes, las tantas Claudias, todas las mujeres posibles, y entonces todo el humanismo y la humanidad, toda la posibilidad e necesidad de una expresión femenina plena y resolutoria sólo si es multifacética y no aprobada.

No arte de género, representativa de una peculiar o restringida verdad.

En este trabajo de Claudia están todas y todos.

Todas las mujeres y todas las noches, para ser sensiblemente todos los otros que se es.

Para que cada uno escuche, se escuche y se cuente, y viva plenamente, y resuelva autógenamente y con unicidad, junto al dolor del abuso recibido, el enigma irrepetible y loco que representa.

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Claudia Bellocchi
https://www.facebook.com/OjitoslindosArt/
http://www.claudiabellocchi.wordpress.com

#RESISTENCIA es un proyecto de MADE A.C. https://www.facebook.com/madeasociacion/
Dirección artística y diseño Cristiano Gabrielli
Producción, mediación cultural y traducciones Vanya Saavedra
Registro fotográfico y de video German Torres

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